martes, 27 de julio de 2010

Muchik Castellanizada

Se ha establecido que fue el castellano, como cultura dominante, la causante de la desaparición del muchik como idioma, y no el quechua, pues, el tiempo entre la conquista inca y la llegada de los españoles fue relativamente corto. A pesar de ello, la influencia quechua ha quedado registrada en los pueblos de Incahuasi y Kañaris. El investigador Guillermo Figueroa sostiene que el castellano destruyó al muchik y con él se produjo la fusión de muchos de los términos hoy conocidos. Ana Ramos considera que el sistema occidental busca estructurar el idioma moche al contexto lingüístico español, así pues se observa que cuando una palabra muchik termina en consonante los españoles le agregaban la vocal "e" con lo cual le otorgaban nuevos fonemas y nuevos sonidos a su pronunciación.

"Murrup" es un caso notable. La historia dice que un grupo de niños corrían detrás de una iguana. Esta logró escabullirse en un agujero. No encontraron al reptil, pero si un recurso necesario y vital para la sobrevivencia del pueblo de Murrup: el agua. Desde ese entonces y en agradecimiento a la iguana, el pueblo fue llamado Murrup, posteriormente, y con la llegada de los españoles paso a denominarse Morrope como se le conoce actualmente a este distrito Lambayecano.

Ana Ramos coincide en que "todo idioma tiene sus variantes en el espacio y tiempo que le toco vivir, y más aun cuando es dominada por una lengua foránea irremediablemente tendrá un tipo de variación en su estructura gramatical, y fonética".

La palabra cholo para el Perú se origina con el vocablo muchik "cholu", que significa muchacho. ¿Cómo es que vario? Recordemos que tras la llegada de los españoles muchos jóvenes que hablaban muchik eran donados o tomados como ayudantes de los españoles. Al convivir con los blancos, los jóvenes indígenas se hicieron mestizos culturales y el término cholo se generalizó para todo mestizo de la parte norte del Perú. Esto demuestra que la denominación lingüística no solo modificó el significado real de los vocablos muchik, sino que las convirtió en emblema de marginación y de racismo hasta nuestros tiempos. Así existieron vocablos moches como el de "yampallej", que paso al castellano como Lambayeque, de igual manera el de "Tucum", que posteriormente paso a llamarse Túcume.


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