martes, 20 de julio de 2010

La Lengua Muchik: ¿Extinta o no?

El origen de la lengua Muchik es aún más incierta. Hay quienes sostienen que fue un idioma autónomo, otro que podría ser un idioma extranjero con influencia maya, aunque esta última tesis es muy remota. También es importante señalar que los investigadores como Jorge Zevallos Quillones, Ernst Wmiddendorf, Josefina Ramos Cox sostienen que lenguas como el Quinghan en Eten, (en el norte de Lambayeque) y Sechura (Piura), fueron dialectos propios del Muchik, con características distintas pues el espacio donde se desarrollaron eran variados en su relación directa con su ecosistema.

Ana Ramos Cabrea, investigadora de la lengua Muchik, al igual que Guillermo Figueroa (Investigador e Historiador) y la Profesora de Historia Ninfa Idrogo Cubas, coinciden que el Muchik es una lengua que desapareció a mediados del siglo 20, Debido a la dominio del castellano, al miedo y la vergüenza que tenían los jóvenes al hablarlo, pues les ocasionaría la represión y la marginación en sus pueblos. Figueroa sostiene que la lengua Mochik fue desapareciendo de manera paulatina por un “sistema educativo de agresión, se enseñaba el monopolio de la lengua castellano y la escuela despreciaba todo sistema cultural moche a favor del sistema cultural occidental”.
Es en este contexto en que los mochicas hablantes comenzaron a desaparecer y con ellos la lengua y su pronunciación. Pero existe una postura disímil que contrapone conceptos reivindicativos con el objeto de rescatar la lengua de los mochicas para su futura expansión como un idioma hablado, sin embargo esta postura le ha ocasionado muchos detractores a la bióloga Ana Ramos Cabrera. Ella sostiene que sí es posible articular fonemas y tentar su pronunciación como una lengua renovada, es decir, tratar de asemejarse al Muchik de sus inicios, pero sin pretender igualarla, porque ello es imposible. “Nunca se sabrá cómo es que hablaban los mochicas. Es muy difícil porque no existen persona sobrevivientes que hablen Muchik para escucharlas… pero, podemos acercarnos lo más posible a su fonética o pronunciación”, Agregó Ana Ramos, quien pertenece a la Sociedad de Ciencia y Cultura Muchik de Lambayeque.

El Historiador e Investigador Guillermo Figueroa manifestó que el Muchik, es una lengua muerta, pero que requiere una investigación porque aun quedan muchos elementos vivos. “Hay que ser lingüista para saber hasta qué punto puede llegarse a una investigación sobre lo que queda de la lengua”, además agrego que es aventurado decir que el idioma mochica puede ser recuperada si se investiga afondo el porqué de su desaparición; cuales fueron los factores que determinaron su extinción, y si en la actualidad esos factores todavía determinan su destrucción.
Pero como en toda discusión siempre existe un mediador, la profesora de Historia, Ninfa Idrogo Cubas, docente del colegio Pedro Ruiz Gallo de la ciudad de Eten, último bastión del Muchik, refiere sobre esta lengua “murió a mediados del siglo 20 y actualmente no tiene fonética” debido a las grandes variaciones sufridas por la lengua como lo sostenía Hans Heinrich Bruning al encontrar en su desplazamiento a Eten, una lengua ya casi en desuso y una limitada competencia lingüística de los hablantes que aun quedaban, tanto así que para conseguir el equivalente a una palabra, Bruning tenía la necesidad de preguntar por lo menos a diez personas distintas sobre una misma palabra. Entonces con estas anotaciones, la profesora Ninfa Idrigo sostiene que es posible recuperar la lengua, pero como elementos sueltos; es decir usar las palabras dejadas por los investigadores de manera creativa para atraer a los niños y jóvenes hacia el estudio de la cultura mochica, porque si se continua especulando sobre una investigación inconclusa, la repercusión puede ser negativa en el ámbito cultural lambayecana. “Debemos pronunciar tal y como se escribe, pues, intentar darle sonidos, es muy aventurado y peligroso” manifestó.

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